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Su contestación me dejó completamente perpleja. ¿Jodidos? ¿A que se refería?
Me quedé pensando, si lo que aquella chica me había dicho era verdad, lo iba a hacer. No podía malgastar ni una oportunidad, no podía permitirme el beneficio de la duda ni rechazar consejos aunque dudara la veracidad de aquellas palabras. Tenía claro que nadie me iba a quitar aquello que iba a conseguir.
Era el primer día, y por ser eso no iba a menospreciarlo, todo lo contrario.
Tenía propósitos y cosas en mente.
Era julio del año 2000. También era Julio aquel chico tan... indescriptible. Guapo, intersante y popular. Aunque había habladurías de que no era un chico precisamente "despierto", que tenía muchos pájaros en la cabeza y no era lo que se llamaba un chico inteligente.
No hay una zona para gente "popular" donde pudieras encontrarle, pero si tenías amigos "dentro", sabías dónde había posibilidades de ello, y cómo manipularle de alguna forma para que te introduciera en aquel mundillo. Si le conocías a él, tenías las puertas abiertas.
Se le solía ver por un parquecito, el Parc del laberint d'Horta, en el Paseig Castanyers.
Por la noche lo cerraban, pero según varias personas el y su cuadrilla se colaban y "paseaban" con cerveza y costo en la mano. Julio era un tío legal, ni chivatazos, ni obligaciones ni nada por el estilo, podías confiar en él, pero siempre con un poco de cuidado y, sobretodo, saber manejarlo.
Me quedé pensando, si lo que aquella chica me había dicho era verdad, lo iba a hacer. No podía malgastar ni una oportunidad, no podía permitirme el beneficio de la duda ni rechazar consejos aunque dudara la veracidad de aquellas palabras. Tenía claro que nadie me iba a quitar aquello que iba a conseguir.
Era el primer día, y por ser eso no iba a menospreciarlo, todo lo contrario.
Tenía propósitos y cosas en mente.
Era julio del año 2000. También era Julio aquel chico tan... indescriptible. Guapo, intersante y popular. Aunque había habladurías de que no era un chico precisamente "despierto", que tenía muchos pájaros en la cabeza y no era lo que se llamaba un chico inteligente.
No hay una zona para gente "popular" donde pudieras encontrarle, pero si tenías amigos "dentro", sabías dónde había posibilidades de ello, y cómo manipularle de alguna forma para que te introduciera en aquel mundillo. Si le conocías a él, tenías las puertas abiertas.
Se le solía ver por un parquecito, el Parc del laberint d'Horta, en el Paseig Castanyers.
Por la noche lo cerraban, pero según varias personas el y su cuadrilla se colaban y "paseaban" con cerveza y costo en la mano. Julio era un tío legal, ni chivatazos, ni obligaciones ni nada por el estilo, podías confiar en él, pero siempre con un poco de cuidado y, sobretodo, saber manejarlo.